Martín López-Zubero, 30 años de una medalla histórica

El 28 de julio de 1992, el nadador aragonés consiguió en los Juegos de Barcelona la primera medalla de oro de la natación española.

Muy pocas medallas dentro y fuera del agua pesan tanto como la de oro que se colgó Martín Lopez-Zubero en los Juegos Olímpicos de Barcelona en los 200 espalda, récord olímpico incluido. Quizá la de Fermín Cacho en el 1.500 pedestre y muy poquitas más. Ese maravilloso 28 de julio de 1992 fue el día del primer oro olímpico español en natación. Tres décadas después, sigue siendo la única medalla de oro aragonesa en una cita olímpica.

Martín López-Zubero es el tercer hijo del oftalmólogo zaragozano José Luis López Zubero, progenitor de una saga de deportistas imprescindibles no solo para entender la natación española, sino en deporte español de los 80 y los 90. López Zubero padre fue jugador internacional de baloncesto. Con apenas un metro y 83 centímetros, jugaba de pívot en la España de los 50. En su mejor momento, cuando jugando en Helios quería ficharle el Barcelona y todo, sufrió una lesión de tobillo. El revés en el baloncesto le hizo centrarse en la Medicina. Además de jugador de baloncesto y médico, fue un auténtico visionario. Así, en 1955 emigró para formarse en Estados Unidos junto a otros destacados jóvenes médicos aragoneses, como el microbiólogo Gómez-Lus y el pediatra Sarriá.

En Estados Unidos se estableció en Florida, donde conoció a la irlandesa Elizabeth Purcell y formó una familia. Allí crió a sus hijos con la educación y el deporte como catalizadores de sus vidas. En 1959 nació David, otro nombre mítico en la historia de la natación y del deporte español, como primera medalla de la natación española, con el bronce capturado en Moscú 80. La marca de 53 segundos y 13 centésimas en el 100 mariposa facturada el 23 de julio de 1980 le llevó a la eternidad. Dos años después de David, en 1961, nació Julia. No fue medalla olímpica como sus hermanos, pero Julia también fue una nadadora muy destacada. Compitió en Moscú en 1980 y fue la primera mujer española en bajar del minuto en los 100 metros estilo libre.

El tercero de la saga, Martín, también estaba bendecido. Nació Jacksonville (Florida) un 23 de abril… día de Aragón, de 1969. Mucho más alto (1,88 metros) que David y que su propio padre (sí, el que quiso fichar el Barça de pívot…). Con ocho años ya comenzó a dar que hablar en el torneo Playas de Jacksonville. En 1987, asistió a su primera competición internacional, los Campeonatos de Europa de Estrasburgo. Por supuesto, siempre con España. “En casa se suele hablar el idioma de la madre, que en nuestro caso era irlandesa. Pero nunca hubo ninguna duda de que los López-Zubero competiríamos con España”, confesó David en su visita a Zaragoza a finales de octubre de 2021. “Sí hubo algún comentario en mi caso, en Moscú 80, pues vivía en Estados Unidos, y Estados Unidos no acudió a Moscú por el boicot tras la invasión rusa de Afganistán; pero los López-Zubero siempre competimos con España”, reiteró David en un inolvidable paseo desde la calle de Alfonso I hasta Helios.

Ya había acudido a Seúl en 1988 siendo menor de edad, pero los Juegos de Martín fueron los de Barcelona 92, donde llegó como campeón del mundo y campeón europeo. Si David se enamoró de la natación viendo por televisión a Mark Spitz en Múnich 72, Martín quedó prendado viendo a su hermano David, diez años mayor que él. Su hermano y su padre, José Luis, son esenciales en este hito del deporte español, pues guiaron todos los movimientos de la máquina humana que voló en Barcelona 92. “Mi padre siempre estuvo cerca de todo, muy encima de nosotros. También en nuestros viajes, cuando íbamos por las ciudades y nos las enseñaba. Nos enseñó a luchar, a no rendirnos jamás”, aseguraba David. Luchar hasta el final. Igual que David en Moscú, cuando giró en último lugar y remontó con un espléndido largo final.

En Barcelona, en la piscina Picornell, ocurrió igual. Estaba más claro que la sopa de un asilo: si un López-Zubero llegaba con opciones al tramo final, pescaba algo. Y pescó. Ya lo creo que pescó. Martín iba quinto en el giro final, el de 150 metros, pero firmó un último largo para la historia. El ruso Selkov había mandado con autoridad durante toda la prueba, pero en los últimos 50 metros Martín López-Zubero rubricó una remontada formidable. Propulsado por un subacuático inalcanzable por el resto de sus rivales, paró el crono en primera posición, con 1:58.47. Ojo, además del oro, récord olímpico.

Y más, mucho más. Puso en fila india a la natación mundial. Además de ver elevarse la bandera española por encima de las barras y las estrellas, Estados Unidos vio pasar y España presumió con orgullo de ‘recordman’ olímpico durante ocho años. Esto es, el rey del mundo durante más de una generación entera de nadadores. Su reinado en España duró más, mucho más: 16 años, hasta que Aschwin Wildeboer lo batió en 2008.

Además de Barcelona, donde su padre y su hermano supieron construir el entorno más favorable para alcanzar el máximo rendimiento, Martín conquistó dos Mundiales y cinco Europeos, el último en la cita de su despedida en Sevilla 97, una plata y un bronce mundialistas y dos platas continentales. Un currículo sin parangón en la historia del deporte español, en el que el 28 de julio de 1992 aparece subrayado con una carrera eterna: el oro en los 200 espalda de Barcelona.